¿Cómo afectan las emociones a tu salud visual? Continuamos, con esta interesante temática, aportando información profesional sobre el sentido de la vista.
Y lo hacemos con una nueva serie de artículos de Silvia Edo, Óptica Optometrista en EDO ÒPTICS.
Silvia está especializada en visión infantil, en diagnóstico y tratamiento de las anomalías binoculares, terapia visual y problemas de aprendizaje. Es Psicomotricista y Practicant Tomatis® Nivel 2.
Te lo contamos en pereznoesraton.com, el portal profesional exclusivo de IPDGrupo.com que te ofrece información para decidir sobre salud y bienestar.
¿Cómo afectan las emociones a tu salud visual?
Silvia EDO, Óptica Optometrista
¿Cómo pueden influir nuestra emociones en la elección de unas gafas? Cuando nos enfrentamos por primera vez a la necesidad de usar gafas, una avalancha de emociones puede abrumarnos.
Aunque este proceso no puede compararse con los complejos pasos del duelo, es importante no subestimar el impacto emocional que esta noticia conlleva.
Por lo general, al elegir gafas, tenemos en cuenta las características estéticas, el material (metal o pasta), la forma (cuadrada, redonda, etc.), el tamaño y el color, si se ajusta a nuestras facciones y tono de piel.
Aunque, en el momento de la elección, la dificultad para ver claro hace que sea más complicado discernir qué modelo de gafas nos sienta mejor. Y, a veces, necesitamos la aprobación de quienes nos rodean.
Adaptación y funcionamiento óptimo para nuestros ojos
Para los ópticos optometristas, la prioridad radica en asesorar tanto en las características técnicas y de calidad de las lentes correctoras, como en la manera en que las monturas se adaptan a nuestra cara: posición de la nariz, inclinación, etc.
Esta combinación de consideraciones estéticas y técnicas al elegir unas gafas puede facilitar una mejor adaptación y funcionamiento óptimo para nuestros ojos.
Sin embargo, las emociones que experimentamos al enfrentarnos a la necesidad de usar gafas para mejorar nuestra visión a menudo quedan en un segundo plano. En este artículo, vamos a poner el foco en estas emociones y explorar cómo se manifiestan.
¿Pueden influir las emociones en la calidad de tu visión?
En este punto, recupero la cita de Cicerón en la que afirmaba: «La cara es el espejo del alma y los ojos sus delatores».
Y es que los ojos pueden revelar, al mundo exterior, nuestras emociones internas. Pero, ¿alguna vez has considerado cómo tus emociones también pueden influir en la calidad de tu visión?
«Ceguera» parcial
Cuando la visión se vuelve borrosa o distorsionada, puede llevar a confusión y puede dificultar la comprensión de la información visual y la toma de decisiones.
Por tanto, si una persona tiene dificultades para ver con nitidez debido a problemas de visión no corregidos, puede experimentar una especie de «ceguera» parcial o dificultad para percibir con claridad las cosas que están frente a ella.
Por ello, el uso de gafas u otras correcciones visuales ayuda a restaurar la claridad visual y a la precisión para facilitar la toma de decisiones.
Hacer la vista gorda
Sin embargo, cuando nos encontramos en situaciones difíciles o incómodas, como tener que llevar gafas, generalmente para toda la vida, a veces tendemos a ignorar los problemas o hacer la vista gorda a ciertas realidades para evitar enfrentarlas.
En este sentido, podríamos decir que nos volvemos «ciegos» a ciertas situaciones o aspectos de nuestra vida que preferiríamos no ver. Sin embargo, al igual que con los problemas de visión, enfrentar la necesidad de ponernos gafas puede ser necesario para crecer y superar desafíos.
Visión, pensamientos, estrés…
La visión es un sentido dominante para la mayoría de las personas y el cerebro está altamente especializado en procesar la información visual de manera rápida y eficiente, pero también puede verse afectado en negativo por los pensamientos, los procesos de estrés, etc.
Las estructuras de la cornea, cristalino, humor acuoso y vítreo son transparentes gracias a la distribución de sus células.
La pérdida de transparencia y modificación de su forma puede deberse a diferentes factores, tales como envejecimiento, sobreesfuerzo visual o sobrecarga de estímulos visuales del entorno.
Hábitos visuales y el papel de la mente
Es cierto que la mente puede jugar un papel importante en cómo percibimos el envejecimiento, nuestra salud en general, y de que algunos de nuestros hábitos visuales y personales pueden no ser correctos.
En general, por un lado, la ansiedad, el miedo, etc., se manifiestan inconscientemente por la preocupación de cómo afecta la visión a la vida diaria, seguridad o relaciones sociales.
Y por otro lado, la tristeza puede manifestarse debido a la frustración y la incomodidad asociadas con una mala visión, y por la necesidad de dejar de realizar actividades cotidianas como leer o ver televisión.
El proceso de aceptar la necesidad de usar gafas puede estar acompañado por emociones encontradas, que van desde la incomodidad inicial hasta el reconocimiento de que las gafas ofrecen una solución para recuperar la nitidez visual perdida.
¿La autoestima nos permite escoger una gafa por el precio?
El papel de la autoestima en la elección de las gafas, especialmente en relación con el precio, es un tema interesante y relevante.
Nuestra autoestima, esa voz interna que influye en cómo nos vemos y nos valoramos, también desempeña un papel crucial a la hora de elegir unas gafas, incluso en lo que respecta a su precio. ¿Cómo influye nuestra autoimagen en esta decisión?
Es bien sabido que la identidad y la percepción de nosotros mismos influyen en gran medida en nuestro comportamiento y en la toma de decisiones. En el caso de la compra de gafas, la autoestima puede ser un factor determinante.
Las compras que realizamos pueden servir como una forma de confirmar nuestra valía y reforzar nuestra autoimagen. Las personas con una autoestima baja pueden sentirse más inclinadas por opciones más económicas y discretas.
Autoestima y precio de las gafas
La relación entre la autoestima y el precio de las gafas puede entenderse desde diferentes perspectivas.
Por un lado, las personas con baja autoestima pueden tener una percepción distorsionada de su valía personal, lo que las lleva a subestimar su merecimiento de algo más costoso o llamativo.
Por otro lado, la elección de opciones más económicas puede ser una forma de evitar el estrés financiero y sentirse más seguros en su capacidad para afrontar los gastos.
En resumen, la autoestima desempeña un papel significativo en la elección de unas gafas, especialmente en relación con su precio.
Entender cómo nuestra percepción de nosotros mismos influye en nuestras decisiones de compra puede ayudarnos a reflexionar sobre nuestras motivaciones y comportamientos en este aspecto.
Cinco consejos de combinación perfecta para ver mejor
Gafas o lentes de contacto adecuadas (1)
Para corregir cualquier problema de visión, ya sea miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia, es fundamental contar con la prescripción óptica correcta.
Tanto las gafas como las lentes de contacto deben adaptarse individualmente para garantizar una visión nítida y cómoda.
Calidad de las lentes y monturas (2)
Optar por lentes de calidad óptica con tratamientos y otras características especiales puede mejorar significativamente la calidad visual y reducir el deslumbramiento, los reflejos y la fatiga ocular.
La elección de una montura de gafas adecuada no solo afecta a la estética, sino también a la comodidad, para garantizar que las lentes estén correctamente centradas con relación a los ojos.
Adaptación Personalizada (3)
Cada persona tiene necesidades visuales únicas, entre las que se incluye considerar el estilo de vida y las actividades diarias.
Y también cualquier necesidad específica que pueda tener el usuario, por lo que es importante escoger el óptico optometrista que te facilite una adaptación personalizada.
Cuidado y mantenimiento (4)
Es importante seguir las recomendaciones del fabricante de monturas y cristales y del personal de la óptica de confianza, para mantener limpias y en buen estado las gafas o lentes de contacto.
Realizar revisiones periódicas también es fundamental para cuidar tu salud visual y alargar la vida de las gafas correctoras.
Cuidado de la propia vista (5)
Debes cuidar tus ojos y tu vista, asesorándote con el especialista adecuado. El óptico optometrista te dará la información para cuidar tus hábitos de higiene visual y postural.
Así como los ejercicios que pueden ayudarte a tener una mejor visión y retardar al máximo el uso de corrección óptica para ver mejor.