¿Qué debes saber sobre el asma? El asma es la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias (los bronquios). Como consecuencia de este estrechamiento, se hace difícil respirar.
Las vías aéreas de las personas con asma son muy sensibles y reaccionan frente a muchos estímulos como por ejemplo, el humo del tabaco, el polvo, el polen o el aire frío.
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¿Qué debes saber sobre el asma?
El asma es una de las enfermedades respiratorias crónicas más comunes a nivel mundial representando un importante problema de salud pública especialmente relevante en los países industrializados, en los cuales ha habido un incremento importante de su prevalencia tendiendo hacia la estabilización afectando al 8-10% de la población.
Sin embargo los efectos económicos y humanitarios de esta enfermedad son probablemente mayores en los países “en vías de desarrollo”, donde la prevalencia está aumentando rápidamente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 300 millones de personas sufren asma en todo el mundo y se calcula que en 2025 esta cifra se verá incrementada en 100 millones.
Al igual que otras enfermedades de tipo crónico, se reconoce que la morbilidad y mortalidad debidas al asma pueden ser en gran parte prevenidas por medio de actividades educativas con el paciente, así como con la mejora del manejo clínico.
En la Comunidad de Madrid en 1992 se puso en marcha el Programa Regional de Prevención y Control del Asma, con el objetivo de mejorar la prevención y el control de esta enfermedad, que desarrolló un Sistema de Vigilancia hasta el momento presente.
Detonantes de un ataque de asma
En la mayoría de los casos (80%) el asma es de causa alérgica. Las personas predispuestas se «sensibilizan» a sustancias de su entorno, que denominamos alergenos (ácaros, granos de polen, escamas de animales, etc.).
Al respirar de forma mantenida estas sustancias se produce una inflamación de las vías respiratorias. En algunas personas asmáticas es imposible detectar una causa alérgica evidente. Para estos casos reservamos el nombre de Asma Intrínseca.
Los posibles detonantes de un ataque de asma en todo tipo de pacientes incluyen:
- El ejercicio.
- Infecciones virales respiratorias.
- Exposición a irritantes inespecíficos: aire frío, humo de tabaco, olores penetrantes como lejía, amoniaco, perfume, exposición a sprays, etc.
- Altos niveles de contaminación ambiental.
- Enfermedad de reflujo gastroesofágico.
En los pacientes alérgicos, el detonante más importante es la exposición a la sustancia a la que es alérgica cada persona:
- Polen.
- Caspa de animales doméstico.
- Ácaros del polvo.
- Productos Químicos relacionados con el trabajo.
- Moho.
Atención a los síntomas del asma
- Silbidos en el pecho (sibilancias).
- Opresión en el pecho.
- Dificultad para respirar y sensación de ahogo.
- Falta de aliento.
- Tos seca.
No todas las personas con asma tienen todos los síntomas a la vez. Pueden pasar largas temporadas sin silbidos de pecho o bien la única manifestación del asma es una tos seca y persistente que, a veces, aparece sólo por la noche y otras veces tras el ejercicio físico.
Tratamiento
Un reducido número de niños asmáticos se cura espontáneamente. En los casos en que el asma se deba a un alergeno que pueda eliminarse del medio ambiente (por ejemplo, el asma causado por una alergia a un animal de compañía y a una sustancia química del trabajo), dicha eliminación puede seguirse de la curación definitiva de la enfermedad.
En los restantes casos el asma es una enfermedad crónica. Pero existen tratamientos muy eficaces para controlar los síntomas y que permiten al enfermo desarrollar una vida activa y de calidad. En ocasiones puede llegarse a la curación o casi curación.
Las bases del tratamiento del asma son las siguientes:
- Control del ambiente, evitar los alergenos responsables y factores desencadenantes.
- Medicamentos. Se dispone de medicamentos muy eficaces para el control de la enfermedad, aunque ninguno de ellos produce la curación definitiva de la misma. Unos medicamentos sirven para relajar la musculatura de los bronquios, otros, para reducir la inflamación y producción de moco.
- Vacunas contra la alergia: para pacientes con asma debida a alergia a ácaros, pólenes, hongos y epitelios de animales. Las vacunas son más eficaces cuando existe alergia a uno solo o pocos alergenos y cuando la enfermedad no se ha complicado. No están exentas de riesgo, por lo que deben ser administradas por personal sanitario experto.
Los medicamentos no son peligrosos si se utilizan de forma adecuada y siguiendo los consejos del especialista.
(Fuente: Salud – Comunidad de Madrid)