La diabetes se caracteriza por un nivel elevado de glucosa (azúcar) en sangre, asociada a una deficiencia de la acción de la insulina y/o de su secreción. Los síntomas de la diabetes son:
- Sed excesiva.
- Poliuria o aumento de la frecuencia en orinar.
- Pérdida inexplicada de peso.
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¿Qué debes saber sobre la diabetes?
La Diabetes Mellitus supone un importante problema de salud en los países desarrollados. Presenta alta prevalencia y morbi-mortalidad (asociada a la enfermedad y a sus complicaciones).
Así lo explican desde el área de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Además, requiere una enorme utilización de recursos sanitarios. Hay que distinguir entre dos tipos de diabetes:
Diabetes MELLITUS INSULINO-DEPENDIENTE (DMID)
Se caracteriza por deficiencia absoluta de insulina, comienzo agudo y dependencia de la administración artificial de insulina.
Aparece, generalmente, antes de los treinta años y supone alrededor de un 15% del total.
Diabetes MELLITUS NO INSULINO-DEPENDIENTE (DMNID)
El paciente puede estar durante años con un nivel anormalmente alto de glucosa en sangre sin presentar síntomas. Posteriormente, éstos van apareciendo gradualmente (sed excesiva, orinas frecuentes y pérdida de peso).
En muchos casos se diagnostica accidentalmente al hacer una prueba de rutina de glucosa en sangre u orina. En general no dependen de la insulina y suele aparecer después de los 40 años.
El envejecimiento progresivo de nuestra población condiciona que esté aumentando su frecuencia.
Se suele asociar a la obesidad, pero no necesariamente es su causa. Tiene un importante componente genético.
La importancia de la prevención
En el caso de la Diabetes Insulinodependiente, no se han descrito factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad susceptibles de modificación.
En el caso de la Diabetes NO Insulinodependiente, se debe intentar evitar el desarrollo de la enfermedad en aquellas personas que tienen mayor riesgo:
- Personas que tienen una importante historia familiar de DMNID.
- Mujeres con historia de diabetes mellitus o intolerancia a la glucosa durante la gestación.
- Personas con otros factores de riesgo como obesidad, hipertensión e hiperlipidemia. En este caso debe seguir las siguientes recomendaciones: prevenir o corregir la obesidad, evitar las dietas con alto contenido en grasas animales y azúcares simples y refinados como dulces, bombones o azúcar, aumentar el ejercicio físico y realizar análisis periódicos de la glucosa en sangre.
Cuidados para evitar complicaciones
Podemos prevenir las complicaciones de la diabetes una vez diagnosticada: enfermedades cardíacas, ceguera e insuficiencia/fallo renal.
También produce alteraciones en la circulación y pérdida de sensibilidad al dolor en la piel.
Todas estas complicaciones pueden ser evitadas o al menos reducidas al mínimo con tratamiento y autocuidados adecuados que permiten una calidad de vida óptima. Para ello se recomienda:
- Meticuloso control de la glucemia (nivel de glucosa en sangre) y de otros factores como la hipertensión y la hiperlipidemia.
- Introducir en los hábitos diarios el ejercicio físico: andar una hora o montar en bicicleta media hora.
- En caso de embarazo, es importantísima una correcta supervisión médica. De esta forma reduciremos al mínimo los riesgos para la madre y el bebé.
- Seguir los consejos del personal sanitario sobre la dieta a seguir. La mejor manera de reducir la grasa corporal es disminuir la cantidad de comida ingerida.
- Acudir al medico si se nota un cambio en el bienestar. Los pacientes con diabetes pueden tener complicaciones oculares. Es importante realizar un chequeo anual.
- El cuidado de los pies forma parte del tratamiento de la diabetes mellitus: inspección diaria, mantenerlos limpios y secos, llevar zapatos blando y cómodos, limar las uñas en vez de cortarlas. Si tienes una herida, consulta con el médico.
Diabetes del adulto
La diabetes es una enfermedad metabólica en la que la cantidad de glucosa (azúcar) en la sangre está por encima de lo normal.
Todos los alimentos que tomamos se desdoblan en sus componentes básicos mediante la digestión. Uno de ellos es la glucosa, que es transportada por la sangre a todas las células del cuerpo para producir la energía necesaria para el buen funcionamiento del organismo.
La insulina es una hormona que se produce en el páncreas, y es la que facilita el paso de los azucares desde la sangre a las células.
La insulina no funciona bien
En la diabetes, la insulina no funciona bien (el páncreas no la fabrica, o la que fabrica no realiza su función adecuadamente), por lo que se eleva el nivel de glucosa en la sangre.
Si este exceso de glucosa se mantiene durante mucho tiempo, acaba lesionando los vasos sanguíneos, y como consecuencia otras partes del cuerpo, especialmente los ojos, el corazón, los riñones, el sistema nervioso y los pies.
Hay dos tipos de diabetes:
- Tipo 1 – Se produce como consecuencia de la destrucción de las células que producen la insulina. Aparece, sobre todo, en jóvenes.
- y tipo 2 – También llamada diabetes del adulto, aunque es cada vez más frecuente en edades jóvenes – Se debe a la dificultad para la utilización de la insulina.
Recuerda
- Lleva una dieta equilibrada, suficiente y variada.
- Mantén un peso adecuado que disminuye el riesgo de sufrir diabetes tipo 2.
- Haz ejercicio con regularidad.
- Controla la tensión arterial y el colesterol, ya que le ayudara a prevenir diversas enfermedades crónicas.
- Abandona el hábito de fumar y mejorará tu salud en general.
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