¡Al agua patos pero con cuidado! En la piscina, en la playa o en cualquier zona habilitada para el baño, ¡qué refrescante es un buen chapuzón, y qué divertido para los peques!
Pero tanto los baños como las actividades relacionadas con el agua no están exentos de peligros, por lo que es importante estar atento antes, durante y después para su prevención, y más todavía si se trata de niños.
¡Al agua patos pero con cuidado!
¿Conoces cuáles son los problemas de salud relacionados con el medio acuático? ¿Sabes cómo prevenirlos? Y, en el caso de que ocurran, ¿cómo deberías actuar?
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Otitis externa
El pediatra Daniel Ruiz Díaz, del Hospital Quirónsalud Córdoba, nos indica que «la otitis es una infección del oído externo que se produce por un exceso de humedad en el conducto auditivo».
Esto es muy habitual cada verano en los niños con más de 3 años que aprenden a bucear.
El tratamiento de la otitis consiste en aplicar gotas de antibiótico o corticoide, o ambos, y analgésicos para aliviar el dolor, que se siente incluso al masticar.
Medidas para evitar la otitis:
- Usar tapones en los oídos para que no entre agua.
- Secar los oídos después del baño.
- No usar bastoncillos para limpiar los oídos, porque esto puede empujar el cerumen al interior y provocar taponamientos.
Infecciones urinarias
En verano, uno de los problemas urinarios más comunes es la cistitis, especialmente en mujeres y niñas, debido a que la entrada a la vejiga es más corta que en los varones y, por lo tanto, las bacterias acceden más fácilmente.
Normalmente, es necesario tratar esta infección con antibióticos y antiinflamatorios que mejoran los síntomas.
Efectos de la cistitis:
- Escozor
- Molestias al orinar
- Aumento de las ganas de orinar
- Sensación de vaciado incompleto
- Fiebre, en algunos casos
Cómo prevenir infecciones urinarias:
- Cambiar el bañador con frecuencia para que no se acumule la humedad
- Usar ropa interior de algodón, que disminuye el exceso de sudor
- Beber suficiente agua
- Orinar cada dos o tres horas, para que la orina no permanezca demasiado tiempo en la vejiga
Corte de digestión
De manera equivocada, se relaciona este problema con el tiempo que transcurre desde la comida hasta que nos bañamos en la piscina o en la playa.
Sin embargo, la doctora Adelaida Sánchez Bacallao, jefa de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella, nos explica que «el llamado corte de digestión o hidrocución se produce como consecuencia de un cambio brusco de temperatura al entrar de manera precipitada en el agua fría. Esos grados de diferencia provocan una reacción de los vasos sanguíneos (se estrechan) y, por tanto, fluye menos sangre al cerebro, lo que puede originar un desmayo».
En definitiva, el corte de digestión no se relaciona únicamente con la digestión, sino con cualquier actividad o situación que origina un cambio repentino en la temperatura.
De hecho, la pediatra avisa de que «la mayor incidencia de casos se produce en personas que se bañan tras haber realizado ejercicio físico o haber tomado el sol durante un tiempo prolongado».
¿Debemos esperar a bañarnos después de comer?
Hay que tener en cuenta que la digestión necesita una gran cantidad de sangre en el estómago, por lo que debemos ser precavidos.
En este sentido, la pediatra recomienda que «si se ha comido ligero, basta con ir aclimatando el cuerpo al agua e introducirnos de manera escalonada en la playa o piscina. Pero si la comida ha sido muy copiosa, conviene esperar antes de meterse en el agua».
Atención a las señales del corte de digestión:
- Palidez
- Escalofríos
- Visión nublada
- Mareos
- Náuseas
- Vómitos
¿Qué debemos hacer? Sobre todo, acudir en auxilio de la persona afectada facilitándole calor con el objetivo de que recupere la temperatura.
La doctora añade que «normalmente, se recupera al cabo de una o dos horas, pero es conveniente acudir a un médico».
Ahogamiento
Lamentablemente, en España, el ahogamiento es la segunda causa de fallecimiento accidental en la infancia, según la Asociación Española de Pediatría.
Por eso, es muy importante estar pendientes de los niños en todo momento, aunque sepan nadar o tengan ciertas destrezas en el agua.
La doctora Sánchez indica que «el adulto debe vigilar sin perder de vista al niño que se encuentra dentro del agua».
Esto incluye evitar cualquier distracción, ya sea hablar con otros adultos o enviar un mensaje con el teléfono móvil, puesto que «son acciones que desvían nuestra mirada de los pequeños y un descuido de unos segundos puede tener consecuencias muy graves», apunta la experta.
Nunca dejar al niño/a solo
Debemos vigilar a los pequeños sea cual sea la profundidad y el tamaño de la piscina. Es más, la doctora puntualiza que «nunca se puede dejar al niño solo, o al cuidado de otro menor, mientras esté en la bañera, piscinas, spas o cerca de cualquier boca de riego».
Es importante tener en cuenta que, aunque en verano gran parte de los accidentes relacionados con el medio acuático suelen ocurrir en los sitios de ocio, esto no debe hacernos bajar la guardia en casa.
Por eso, la doctora nos recomienda que «hay que ser precavido con los recipientes en los que puede almacenarse líquido. Hay que vaciar cualquier recipiente con agua después de su uso, como, por ejemplo, los cubos de la fregona o barreños. Y en el cuarto de baño no se debe dejar a los niños pequeños sin supervisión».
Asma y piscina
Si se ha diagnosticado asma o hiperreactividad bronquial a nuestro hijo, es importante tomar ciertas precauciones en la piscina.
El simple chapoteo en la piscina puede provocar una crisis de broncoespasmo en niños con asma.
¿Qué efectos puede ocasionar en la piscina? En niños con asma se pueden producir estos síntomas:
- Fatiga al respirar
- Tos
- Pitidos
Cómo evitar esta crisis de asma en la piscina
Es recomendable controlar el tiempo que permanece el niño dentro del agua, así como vigilar que se cumplen las medidas de higiene necesarias.
Igualmente, debemos llevar con nosotros el tratamiento médico, por ejemplo, el broncodilatador o la cámara espaciadora, lo que haya pautado nuestro especialista.
Conjuntivitis y otros problemas en los ojos
La natación, el submarinismo, el surf y otras actividades realizadas bajo el agua pueden afectar a los ojos. Precisamente, en verano son frecuentes los problemas oculares causados por el contacto de los ojos con el agua del mar y de la piscina.
Problemas oculares causados por el agua:
- Irritación. Provocada por entrar en contacto con el cloro y otras sustancias químicas del agua de la piscina. Esto puede deteriorar la película lagrimal, que protege el ojo, y acabar provocando, además de irritación, lagrimeo y la sensación de llevar algo dentro.
- Conjuntivitis infecciosa. Originada por los gérmenes y bacterias que se encuentran en el agua.
- Queratitis. Es una inflamación de la córnea ocasionada por algunas de las bacterias que viven en el mar.
- Visión borrosa. Ocasionada por permanecer en el agua de la piscina demasiado tiempo.
- Hiposfagma o derrame ocular. Relacionado con los cambios de presión que se producen en la práctica del submarinismo.
Medidas para proteger los ojos bajo el agua
Igual que usamos las gafas de sol, los gorros y la crema solar, la doctora Mercè Guarro Miralles, responsable de Oftalmología del Hospital Universitari Sagrat Cor, también nos anima a aplicar estas pautas en el agua:
- No abrir los ojos dentro del agua del mar y de la piscina.
- Utilizar gafas de buceo, que sean homologadas y que se ajusten al contorno del ojo. También deben incluir filtros de protección ultravioleta, sistema antivaho, sello CE y la referencia ISO.
- Evitar el uso de lentes de contacto cuando estamos dentro del agua porque se incrementa la probabilidad de sufrir una infección.
- Quitar los restos de las cremas que puedan reaccionar con el cloro. Para ello, solo hay que ducharse antes de meterse al agua.
- Ducharse también después del baño, para eliminar el cloro o la sal.
- Evitar secar los ojos con demasiada fricción.
Lesiones de médula
Es la consecuencia más grave de las actividades relacionadas con el agua, ya sea en la piscina, en la playa o en otras zonas habilitadas para el baño.
Cada año se registran 1.000 casos de lesiones medulares en España, y el 10% se deben a saltos en el agua, según el Ministerio de Sanidad.
Entre las causas están los saltos en el mar abierto, los saltos en los ríos y las pozas sin comprobar su profundidad, y la falta de conocimiento en el manejo de embarcaciones de recreo, como las motos acuáticas.
El doctor Francisco Rodríguez Argáiz, jefe de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud Marbella, nos explica que «el agua puede dar una falsa sensación de seguridad y se tiende a pensar que el impacto en medio acuático no es tan dañino como en carretera».
Pero, lo cierto es que un impacto en el agua puede resultar muy dañino, tal como describe nuestro traumatólogo: «A cierta velocidad, el líquido se comporta de forma parecida al sólido porque a las partículas de agua no les da tiempo a abrirse para dejar penetrar el cuerpo y, por tanto, la lesión de un accidente en agua puede ser de suma gravedad».
Pautas para evitar accidentes
Entre las consecuencias más graves se encuentra la lesión medular, que ocasiona la incapacidad de la persona.
Acerca de ello, el doctor añade que «en los casos más extremos puede desembocar en una tetraplejia, que es una parálisis conjunta de las cuatro extremidades del cuerpo».
Pautas para prevenir accidentes:
- Seguir las normas de seguridad.
- Adoptar comportamientos preventivos.
- No saltar al agua si se encuentra turbia, porque puede haber rocas, ramas u otros obstáculos que no se detectan a simple vista.
- Tampoco se recomienda tirarse al agua si hay escasa visibilidad de lo que hay en el fondo.