¿Sabes cómo preparar de forma correcta un biberón? Sigue estos consejos para prevenir de enfermedades, a veces graves, a tu bebé.
Te lo contamos, con información de la Comunidad de Madrid, en pereznoesraton.com, portal profesional exclusivo de IPDGrupo.com que te ofrece información para decidir sobre salud y bienestar.
Cuando la lactancia materna no es posible
La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva para los bebés desde el nacimiento hasta los seis meses de vida.
Cuando ésta no sea posible o resulte insuficiente, es necesario reemplazarla o complementarla, utilizando por ejemplo, preparados en polvo para lactantes.
Estos productos han de utilizarse únicamente por consejo de personas cualificadas en medicina, nutrición o farmacia o de otros profesionales encargados de la asistencia materno-infantil.
¿Sabes cómo preparar de forma correcta un biberón?
La tecnología de fabricación de la leche en polvo para lactantes no garantiza su esterilidad aunque se haya fabricado respetando todas las normas de higiene vigentes.
Además, el riesgo de multiplicación de bacterias aumenta cuando las tomas preparadas se almacenan o se manipulan de forma incorrecta.
La adecuada preparación y conservación de los biberones es la mejor forma de prevenir de enfermedades, a veces muy graves para el bebé, causadas por bacterias como Cronobacter y Salmonella.
Todas las personas encargadas del cuidado de lactantes deben seguir unas pautas de higiene adecuadas durante la preparación, la manipulación y el almacenamiento de productos en polvo, tanto en el hogar, como en hospitales y guarderías.
Sigue estos consejos para preparar un biberón
La esterilización de los biberones es un paso imprescindible en el caso de los bebés más vulnerables:
- Recién nacidos.
- Menores de dos meses de edad: bebés prematuros, con bajo peso al nacer, con inmunodeficiencia.
Limpieza de biberones y utensilios
- Lávate las manos con agua y jabón. Secate las manos.
- Lava todas las piezas de los biberones (tetinas, roscas, tapas, válvulas…) y todos los utensilios (por ejemplo, las cucharas) que se vayan a emplear para preparar el biberón, con agua caliente y jabón. Utiliza un cepillo especial para biberones y tetinas para poder eliminar los restos de la toma anterior. Aclara bien.
- Lava y desinfecta la superficie o la zona donde se va a preparar el biberón.
Esterilización de biberones y utensilios
Una vez limpios, los utensilios se esterilizan usando:
- un esterilizador comercial, según las instrucciones del fabricante, o
- un cazo con agua hirviendo, siguiendo los siguientes pasos:
- Sumerge totalmente todas las piezas en el agua del cazo.
- Tapa el cazo e hierve el agua, asegurándote de que no se evapore completamente.
- Mantén el cazo tapado hasta que se vaya a preparar el biberón.
Almacenamiento del material esterilizado
Lávate y sécate las manos antes de manipular el material esterilizado, o bien usa pinzas esterilizadas.
Se recomienda dejar las piezas esterilizadas dentro del aparato esterilizador o del cazo hasta el momento en que se vayan a utilizar, para así impedir la recontaminación.
No obstante, si quieres extraer las piezas del biberón (ya esterilizadas) antes de necesitarlo, hay que ensamblarlas por completo, para impedir que el interior y el exterior de la botella del biberón y de la tetina vuelvan a contaminarse.
Mantén el biberón ensamblado cubierto en un lugar limpio.
Preparación del biberón
- Limpia y desinfecta la superficie donde se va a preparar el biberón.
- Lávate las manos con agua y jabón. Sécatelas con un paño limpio o desechable.
- Hierve agua potable limpia (si utilizas agua mineral embotellada, asegurate de que en la etiqueta aparece la mención «indicada para la preparación de alimentos infantiles«).
- Lee las instrucciones de preparación que figuran en la etiqueta del envase de leche en polvo, para calcular qué cantidad de leche y agua se necesita.
- Vierte el agua (que debe estar como mínimo a 70 ºC) en el biberón limpio y esterilizado. No dejes enfriar el agua durante más de 30 minutos antes de hacer la mezcla, pues se enfriaría demasiado y no alcanzaría los 70 ºC necesarios para destruir las bacterias.
- Agrega la cantidad exacta de polvo al biberón que contiene el agua.
- Cierra el biberón y agita suavemente.
- Enfría rápidamente el biberón hasta la temperatura adecuada para alimentar al bebé, colocándolo bajo el chorro del grifo o en un recipiente con agua fría o con hielo. El nivel del agua debe quedar por debajo de la tapa del biberón, para no contaminar el contenido.
- Seca el biberón con un paño limpio o desechable.
- Vierte unas gotas en la zona interior de la muñeca, para comprobar la temperatura de la leche, (debe estar tibia, no caliente).
- Dale el biberón al bebé.
- Desecha todos los restos que no se hayan consumido en un plazo máximo de 2 horas.