¡Pon freno al uso inadecuado y excesivo de los antibióticos! Es una cuestión de vida o muerte. Las autoridades sanitarias preven 40.000 muertes anuales en 2050 por infecciones corrientes antes fácilmente curables.
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¡Pon freno al uso inadecuado y excesivo de los antibióticos!
¿Sabías que las bacterias multirresistentes causan 33.000 muertes al año en Europa? ¿Y que generan un gasto sanitario adicional de 1.500 millones de euros?
A mediados del siglo XX se descubrió el primer antibióticos, un hito importantísimo en la medicina moderna. A partir de entonces, comenzaron a tratarse la mayoría de infecciones bacterianas en los seres humanos y también en los animales.
Sin embargo, el uso excesivo e inadecuado de los antibióticos ha generado que las bacterias se vuelvan resistentes a estos medicamentos. El coste en vidas humanas es enorme, y también en gasto sanitario.
Estamos ante un problema creciente en el que todos tenemos responsabilidad. Y la solución está en nuestras manos. Cada uno de nosotros, con un uso responsable, podemos hacer que los antibióticos sigan funcionando.
¿Qué puedes hacer para que los antibióticos sigan funcionando? Úsalos sólo con receta y siguiendo las indicaciones de los profesionales sanitarios o veterinarios. No te automediques ni des antibióticos a tus mascotas por decisión propia.
Infecciones corrientes causarán 40.000 muerte anuales en 2050
Como consecuencia del uso incorrecto, los antibióticos están perdiendo eficacia a un ritmo que era impensable hace tan sólo cinco años.
Si seguimos consumiendo antibióticos al ritmo actual, Europa podría sufrir un retroceso a la era anterior a los antibióticos, cuando una infección bacteriana corriente, como una neumonía, podía suponer una sentencia de muerte.
Los logros de la medicina moderna están en peligro: sin antibióticos eficaces para la atención y prevención de las infecciones, el éxito de tratamientos como el trasplante de órganos, la quimioterapia o la cirugía se vería comprometido.
Si no solucionamos este problema, en el año 2050 los expertos prevén un total de 40.000 muertes anuales por infecciones que antes eran fácilmente curables.
Animales y antibióticos
Los animales portan determinados microorganismos que pueden ser transferidos desde éstos al hombre. Las enfermedades que se contagian a través de este proceso se denominan ‘zoonosis’.
Los antibióticos son herramientas esenciales para su tratamiento y control; proteger la salud de los animales contribuye, por lo tanto, a proteger nuestra propia salud.
La salud animal es, además, fundamental para la obtención de alimentos sanos y seguros para el consumo humano.
Sin antibióticos eficaces para el tratamiento de las infecciones en animales está en riesgo la obtención de estos alimentos.
Objetivo, frenar el proceso de resistencia a los antibióticos
Entre los factores que aceleran el proceso de resistencia a los antibióticos, no sólo destaca el mal uso de estos fármacos, sino también las deficiencias en materia de prevención y control de infecciones. Todos podemos adoptar medidas para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda
- lavarse las manos con frecuencia
- practicar una buena higiene de los alimentos
- evitar el contacto directo con personas enfermas
- cumplir puntualmente con el calendario de vacunas
Si eres trabajador sanitario o farmacéutico puedes contribuir a evitar infecciones
- Asegúrate de que las manos, los instrumentos y el entorno estén debidamente limpios.
- Mantén al día los calendarios de vacunas de tus pacientes.
- En caso de sospecha de infección bacteriana, realiza los cultivos y ensayos pertinentes.
- Recetando y dispensa antibióticos solo cuando sean realmente necesarios.
- Receta y dispensa el antibiótico indicado, con la posología correcta y la duración que corresponda.
¿Cómo puedes contribuir si trabajas en el sector agrícola y ganadero?
- Vela por que los antibióticos administrados a los animales —incluidos los animales de compañía y los destinados a la producción de alimentos— sólo se utilicen para el tratamiento de enfermedades infecciosas y siempre bajo supervisión veterinaria.
- Vacuna a los animales con miras a reducir la necesidad de antibióticos e ideando métodos alternativos para su uso en la producción de plantas.
- Promueve y aplica buenas prácticas en todas las etapas de la producción y el procesamiento de alimentos, tanto de origen animal como vegetal.
- Adopta sistemas sostenibles con niveles mejorados de higiene, bioseguridad y manejo de los animales sin estrés.
- Aplica los patrones internacionales para el uso responsable de los antibióticos, establecidos por la OIE, la FAO y la OMS.
El riesgo de la automedicación
Muchas enfermedades invernales pueden tener los mismos síntomas, pero tal vez no requieran el mismo tratamiento.
Si te han recetado un antibiótico para una enfermedad anterior y te has recuperado bien, puede ser tentador utilizar el mismo antibiótico cuando se presentan síntomas similares.
Sin embargo, sólo un médico que te haya atendido puede determinar si una enfermedad invernal requiere tratamiento con antibióticos.
La toma de antibióticos para combatir los resfriados y la gripe no te beneficiará. Además, los antibióticos pueden provocar desagradables reacciones adversas como diarrea, náuseas o erupción cutánea.
Tomar antibióticos para combatir infecciones bacterianas leves, como rinosinusitis, dolor de garganta, bronquitis o dolor de oídos es, a menudo, innecesario ya que en la mayoría de los casos nuestro sistema inmunitario es capaz de vencer tales infecciones.
La mayor parte de las enfermedades invernales mejoran al cabo de dos semanas. Si los síntomas persisten, es importante consultar con el médico.
El medicamento correcto
Hasta el 80% de las infecciones invernales que afectan a la nariz, los oídos, la garganta y los pulmones son de origen vírico, por lo que tomar antibióticos no las curará.
La mayor parte de los síntomas de las enfermedades invernales pueden aliviarse con otros medicamentos que pueden adquirirse sin receta.
Tu farmacéutico puede recomendártelos y aconsejarte si estás tomando medicamentos para otra enfermedad.
- Analgésicos: alivian el malestar, el dolor y la fiebre.
- Antiinflamatorios, como las pastillas o aerosoles para la garganta, permiten tragar con más facilidad.
- Expectorantes orales: ayudan a expulsar las secreciones de las vías respiratorias.
- Aerosoles y descongestivos nasales: ayudan a respirar con más comodidad.
- Antihistamínicos alivian los estornudos, el picor y la obstrucción nasales.
Beber líquidos en abundancia y hacer algo de reposo ayuda a mejorar cualquier enfermedad invernal.
El European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) ha estimado la duración de las enfermedades invernales más frecuentes en adultos:
- Infección de oídos – Hasta cuatro días.
- Dolor de garganta – Hasta una semana.
- Resfriado común – Hasta semana y media.
- Gripe – Hasta dos semanas.
- Secreción y congestión nasal – Hasta semana y media.
- Infección sinusal – Hasta dos semanas y media.
- Tos (que antecede a un resfriado) – Hasta tres semanas.
Fuente: Plan Nacional Resistencia a los Antibióticos