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¿Nos jugamos la salud con el cambio climático?

2030-2050: el cambio climático causará 250.000 defunciones adicionales cada año por malnutrición, paludismo, diarrea y estrés calórico

Salvaguardar la salud humana de los efectos del cambio climático es más urgente que nunca, pero la mayoría de los países no están cumpliendo plenamente con sus propios planes para lograrlo, según la primera instantánea mundial de los avances en materia de cambio climático y salud.

Salvaguardar la salud humana de los efectos del cambio climático es más urgente que nunca

El nuevo informe se basa en datos procedentes de una encuesta realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 101 países y publicada en el 2018 WHO Health and Climate Change Survey Report

Los países están priorizando cada vez más el cambio climático y la salud, y la mitad de los encuestados han desarrollado una estrategia o plan nacional en este ámbito.

«El cambio climático no es solo una factura a futuro, se paga ya con la salud de las personas».

Recursos insuficientes

Es preocupante, sin embargo, que únicamente el 38% de los encuestados cuente con recursos financieros para ejecutar aunque solo sea parcialmente su estrategia nacional, y menos del 10% destine recursos suficientes para su plena ejecución. 

«Es un imperativo moral que los países dispongan de los recursos necesarios para luchar contra el cambio climático y salvaguardar la salud actual y futura»

«El cambio climático no es solo una factura que deberán pagar las generaciones venideras, sino que se está pagando ya ahora a través de la salud de las personas», según el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud.

«Es un imperativo moral que los países dispongan de los recursos necesarios para luchar contra el cambio climático y salvaguardar la salud actual y futura.» 

Riesgos para la salud

El 48% de los países han llevado a cabo una evaluación de los riesgos climáticos para la salud pública.

Los riesgos más comunes que han señalado en relación con el clima han sido el estrés térmico, las lesiones o la muerte causados por fenómenos meteorológicos extremos, y las enfermedades de transmisión vectorial, alimentaria o hídrica (por ejemplo el cólera, el dengue o el paludismo).

Existe el riesgo de estrés térmico, lesiones o muerte por fenómenos meteorológicos extremos y por enfermedades como cólera, dengue o paludismo

Sin embargo, alrededor del 60% de estos países informan de que los resultados de las evaluaciones han tenido poca o ninguna influencia sobre la asignación de recursos humanos y financieros para cumplir con las prioridades que se han fijado en los esfuerzos de adaptación para proteger la salud.

La incorporación de la salud en los procesos nacionales e internacionales relacionados con el clima podría ayudar a obtener los fondos necesarios. 

La encuesta reveló que los países encuentran dificultades para acceder a la financiación internacional para proteger la salud de su población frente al cambio climático.

Más del 75% se refirió a la falta de información sobre las oportunidades de acceder a fondos destinados a la lucha contra el cambio climático, más del 60% a la desconexión de los agentes en la esfera de la salud con los procesos de financiación, y más del 50% a la falta de capacidad para preparar propuestas. 

Dos tercios de las actuales contribuciones determinadas a nivel nacional al Acuerdo de París mencionan la salud, y el sector sanitario es uno de los cinco que más a menudo se señalan como vulnerables al cambio climático, pero ello no se ha traducido en los niveles de ejecución y apoyo que serían necesarios. 

El 48% de los países han llevado a cabo una evaluación de los riesgos climáticos para la salud pública.

Salud y toma de decisiones

Además, los esfuerzos realizados hasta la fecha han demostrado que el valor de los beneficios para la salud derivados de la reducción de las emisiones de carbono duplicaría aproximadamente el coste de la aplicación de estas medidas a nivel mundial, y que el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París únicamente en lo relativo a la reducción de la contaminación atmosférica podría salvar cerca de un millón de vidas al año en todo el mundo de aquí a 2050. 

Sin embargo, muchos países no son capaces de aprovechar este potencial.  La encuesta muestra que menos del 25% de los países cuentan con mecanismos de colaboración claros entre el sector de la salud y los sectores que más influyen en el cambio climático y la contaminación atmosférica: el transporte, la generación de electricidad y la energía doméstica. 

Los beneficios para la salud que se obtendrían con la reducción de emisiones de carbono rara vez se tienen en cuenta en los compromisos nacionales del clima

Los beneficios para la salud que se obtendrían como resultado de la reducción de las emisiones de carbono rara vez se tienen en cuenta en los compromisos nacionales relacionados con el clima, como lo demuestra el hecho de que solo una quinta parte de las contribuciones determinadas a nivel nacional mencionan la salud en el contexto de la reducción de las emisiones, y solo una de cada diez menciona los beneficios esperados en la esfera de la salud. 

«Para que el Acuerdo de París sea un instrumento eficaz en la protección de la salud de las personas, es preciso que desde todos los niveles del gobierno se dé prioridad a la mejora de la resiliencia de los sistemas de salud ante el cambio climático, y cada vez son más los gobiernos nacionales que apuntan claramente en esa dirección», explica la Dra. Maria Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la Organización Mundial de la Salud. 

Hay que asegurar que el sector de la salud participe en los procesos de lucha contra el cambio climático.

Del acuerdo de Paris a Madrid 2019

«Si la salud fuera tenida en cuenta de manera sistemática en las contribuciones determinadas a nivel nacional —así como en los Planes Nacionales de Adaptación, las promesas de contribuciones para la financiación de la lucha contra el cambio climático y otras comunicaciones nacionales a la CMNUCC— el Acuerdo de París podría llegar a ser el acuerdo internacional más importante del siglo en la esfera de la salud.» 

Hay que integrar la salud en los procesos de toma de decisiones que afectan a la reducción de las emisiones de carbono y otros objetivos en materia de sostenibilidad

No obstante, existen desajustes que es preciso abordar urgentemente. Por un lado, hay que lograr que los países pongan en práctica los planes que elaboran, para lo cual se deben adoptar medidas dirigidas a eliminar los obstáculos que se lo impiden, como por ejemplo asegurarse de que el sector de la salud participe en los procesos de lucha contra el cambio climático y velar por que los países cuenten con la capacidad y el apoyo requeridos para acceder a la financiación que necesitan. 

Por otro, hay que integrar la salud en los procesos de toma de decisiones que afectan a la reducción de las emisiones de carbono y otros objetivos en materia de sostenibilidad, y tener en cuenta los beneficios para la salud que se derivan de la adopción de medidas relacionadas con el clima.  

Cambio climático y salud, las cifras

  • El cambio climático influye en los determinantes sociales y medioambientales de la salud, a saber, un aire limpio, agua potable, alimentos suficientes y una vivienda segura.

  • Según se prevé, entre 2030 y 2050 el cambio climático causará unas 250.000 defunciones adicionales cada año, debido a la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico.

Cambio climático y determinantes sociales y medioambientales de la salud: aire limpio, agua potable, alimentos suficientes y vivienda segura.
  • Se estima que el coste de los daños directos para la salud (es decir, excluyendo los costes en los sectores determinantes para la salud, como la agricultura y el agua y el saneamiento) se sitúa entre 2000 y 4000 millones de dólares (US$) de aquí a 2030.

  • Las zonas con malas infraestructuras sanitarias -que se hallan en su mayoría en los países en desarrollo- serán las menos capacitadas para prepararse ante esos cambios y responder a ellos si no reciben ayuda.

  • La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante mejoras del transporte y de las elecciones en materia de alimentos y uso de la energía pueden traducirse en mejoras de la salud, en particular a través de la reducción de la contaminación atmosférica.

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