Aprender a cuidarnos para tener una buena vejez. Esta es la cuestión si queremos que nuestra ‘mochila’ no pese demasiado con el paso de los años.
Información, educación y formación son claves para cuidarnos mejor y tener una buena vejez
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Aprender a cuidarnos para tener una buena vejez
Las vacunas y los antibióticos son dos de los grandes avances de la medicina. No obstante, mientras las primeras son cuestionadas, a pesar de haber sido capaces de cambiar la realidad sanitaria del mundo, de los segundos hacemos un uso poco racional en ocasiones.
Por ello, es importante educar, informar y formar a la población. De ello depende que tengamos una mayor protección y un mejor cuidado de nuestro organismo para llegar a la vejez en las mejores condiciones posibles.
El jefe del servicio de Medicina Interna de Hospital Quirónsalud Tenerife, el doctor José Alejandro Medina, indica que la sociedad tiende a olvidar la importancia que las vacunas han tenido en la erradicación de algunas enfermedades como la poliomelitis o el sarampión.
Esto, «tristemente», lleva a muchos padres a decidir no vacunar a sus hijos de males altamente contagiosos y con potencialmente graves secuelas.
En el otro extremo, según indica el internista, nos encontramos con el uso irracional de los antibióticos, que a su juicio «a escala general es mejorable».
El abuso de este grupo de medicamentos, no sólo en la medicina, sino también en otros campos como el de la veterinaria y agroindustria, puede llevar a la aparición de gérmenes cada vez más resistentes.
Necesitamos un sistema sanitario «antifrágil»
Sobre la actual pandemia, considera vital que logremos extraer una serie de importantes lecciones pues de ello dependerá que consigamos sobreponernos a las siguientes.
Desde su punto de vista, las vacunas del coronavirus han supuesto «una verdadera revolución tecnológica, en un tiempo récord, y podrán cambiar el destino de muchas enfermedades no infecciosas».
Asegura que para sobreponernos a este tipo de acontecimientos necesitamos un sistema sanitario «antifrágil». Esto es, un sistema capaz de beneficiarse y aprender de situaciones de estrés para volverse más fuerte y robusto.
Limitar el timming de algunas cosas
En cuanto al papel que debe jugar la población en este tipo de situaciones, el doctor Medina indica que debemos ser capaces de modificar un poco nuestra forma de vida.
«Si pensamos que el ser humano puede tener un ciclo de vida y una velocidad de movimiento igual que el de un ave migratoria, o aún más rápido, vamos a condicionar que, más tarde o más temprano, la naturaleza tenga otra oportunidad de experimentar con un germen diferente…
… Debemos tener en cuenta que, si queremos seguir moviéndonos, viajando, tenemos que cambiar cómo lo hacemos y probablemente, limitar el timming de algunas cosas», concluye.